Estamos expuestos a infinidad de patógenos. Afortunadamente, hay maneras de evitar que seamos infectados por ellos.
Existen algunas costumbres cada vez más populares como llevar el móvil al baño o poner el bolso en el suelo que, aunque pasen desapercibidas, suelen ser la causa de contagio de gérmenes y bacterias más comunes en nuestro día a día.
Están en la cocina, el transporte, el suelo, el supermercado, el baño, ascensores, restaurantes y más. Las bacterias invaden no solo el entorno natural de un ser humano, sino también artículos que son de uso esencial en el día a día.
“Limpiar sólo implica quitar los gérmenes, no destruirlos por completo.”
¿Qué es una enfermedad infecciosa?
Una enfermedad infecciosa es toda aquella alteración que sufre nuestro cuerpo después de ser infectado por un patógeno, el cual coloniza alguno de nuestros órganos o tejidos después de haber llegado a nuestro organismo por distintas vías de transmisión.
Los microorganismos, ya sean bacterias, virus, parásitos u hongos, son seres con la capacidad de infectarnos.
¿Cómo prevenir el contagio de gérmenes y bacterias?
Las manos son el principal vehículo de transmisión de estos microbios. Por eso, lavarse las manos es uno de los hábitos diarios más importantes para prevenir muchas enfermedades respiratorias y diarreicas, según el Ministerio de Salud.
En la lista de enfermedades que se transmiten a través de las manos figuran la influenza, neumonía, tifoidea, enfermedad diarreica aguda, el cólera, parasitosis intestinal, hepatitis A, conjuntivitis e infecciones en la piel.
Aunque nuestras manos parezcan limpias eso no significa que estén libres de virus o bacterias.
Cambiar cada mes los estropajos de nuestra cocina es otro de estos consejos, ya que suelen acumular gran cantidad de gérmenes y microbios. Por otro lado, descalzarse antes de entrar en casa ayuda mucho a prevenir la bacteria fecal que se encuentra en nuestras suelas y que es la causante de diarreas e infecciones.
Además, aconsejan que para desinfectar el móvil o el mando a distancia, lo ideal sería utilizar trapos antibacterianos, o bien pasar por la superficie un algodón con alcohol.
Pese a la inexplicable moda de no vacunarse, las vacunas siguen siendo una de las mejores barreras para evitar muchas enfermedades infecciosas. Pese a lo que se puede leer, es mentira que causen autismo o que sean dañinas para el cuerpo.
Las vacunas están sometidas a controles exhaustivos de seguridad, por lo que cualquier vacuna que se comercializa es perfectamente segura para la salud.
Como hemos dicho, el agua y los alimentos son una vía de transmisión de patógenos muy común. Para evitar la colonización y/o multiplicación de los patógenos en los alimentos, hay que ponerles difícil su supervivencia. Para ello, es importante seguir las siguientes recomendaciones: respeta las fechas de caducidad, mantén los alimentos en la nevera, no comer la carne demasiado cruda, lava las frutas y verduras antes de cocinarlas, mantén limpios los utensilios de cocina, no congeles y descongeles varias veces, no mantengas cerca la comida cocinada y la cruda, etc.
Si nuestro hogar está constantemente cerrado, potenciamos la reproducción de hongos y otros patógenos, los cuales se aprovechan de la falta de ventilación para crecer. Esto es especialmente importante si una persona de la casa está enferma, pues ventilando se evita que el virus siga infectando al resto de miembros de la familia.